¿Cómo se aterriza el currículo?
En entradas anteriores ya hemos visto el significado de la palabra "currículum". Para recordar, solo mencionaré que en él se muestran conceptos, competencias básicas, criterios metodológicos y de evaluación que el profesor debe abordar en el transcurso del año. Aun así, el currículo genera grandes conflictos y dilemas.

El currículum ha generado y genera una gran controversia. En el currículum se da por sentado la implicación presencial de un profesor que enseña y alumnos que aprenden disciplinadamente, pero esto en la práctica no es así. Cualquiera que se dedique a la enseñanza sabrá que la atención real a las explicaciones es muy limitada, y el grado de asimilación, muy escaso si no se refuerza con actividades que llevan más días de los debidos. Si el profesor se da cuenta de que la gran mayoría de los alumnos no han entendido nada, ya sea porque los contenidos son difíciles de asimilar o que se requieren varios días para su comprensión, el docente deberá, de una forma u otra, acabar desarrollando competencias y objetivos que en el currículo se le imponen. Por tanto tenemos varios problemas por los que un profesor debe afrontar. Por un lado las horas de clase son limitadas, los alumnos, generalmente, muestran apatía o poca preocupación por la materia que se les va a impartir, también su atención son inestables ya que una materia puede ser interesante para unos y aburrida para otros. Sin contar la carga moral que un profesor debe soportar ante familias con una gran despreocupación por la enseñanza de sus hijos y la repulsión de ellas ante el docente. A pesar de ello un profesor debe cada día impartir una serie de conocimientos y unidades didácticas complejas.
El currículo plantea una simple incógnita. ¿Es el currículo una herramienta de ayuda y soporte para el profesor o una imposición programada de las tareas que el docente debe ejecutar?. En ciertas ocasiones, un profesor puede rivalizar entre el "qué" se enseña y el "cómo" se enseña ya que los docentes que imparten su asignatura con pasión y dedicación para la transmisión de sus conocimientos, de cierta forma, les gusta dinamizar la enseñanza y hacer que los conceptos queden claros y asentados. Esta enseñanza permite un modo activo y creativo de la enseñanza. Por consecuencia, pierden más tiempo y contenidos incluidos en el curriculo, por lo que no abarcan satisfactoriamente la plasmación de objetivos de su programa. Sin embargo, un exceso en este tipo de prácticas puede suponer una ilegitimidad y sanción por parte de órganos superiores ya que según, otras opiniones, el curriculo se basa en un consenso de especialistas que han valorado y estudiado cada acto de enseñanza-aprendizaje en el aula día a día y que incluye conceptos, competencias, criterios metodológicos y de evaluación.
Bibliografía
http://olahjl2.blogspot.com.es/2011/10/la-maldicion-del-curriculum.html.
http://otra-educacion.blogspot.com.es/2011/08/el-curriculo-propone-y-el-profesor.html.
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